Estas poderosas palabras de Pablo Picasso inspiraron a Ekaterine Chartolani a convertir sus bocetos en joyas vanguardistas y únicas y crear el majestuoso mundo de Mystic Jewelry.

Ekaterine nació en Tbilisi, Georgia, en una familia de médicos y académicos. Aunque se graduó con una licenciatura y un máster en Derecho, un máster en Administración de Empresas Internacionales, un doctorado en Cultura Organizacional y trabajó en su campo durante años, siempre quiso convertir su pasión en trabajo. Después de mudarse a España, comenzó su doctorado en Economía, Empresa y Sociedad. Pero durante las pandemias y los confinamientos, cuando todo se detuvo, su colega palestino, un doctor en Desarrollo Sostenible, Saleh Alda , le ofreció iniciar una marca de joyería sostenible.

Y así fue como Mystic J tomó forma. Ekaterine, impulsada por su pasión por diseñar piezas únicas, y Saleh, con su experiencia en sostenibilidad y negocios, encontraron la manera ideal de combinar sus talentos. Los diseños de ella reflejaban un profundo amor por el arte y la moda, mientras que su compromiso con las prácticas éticas aseguró que la marca representara algo más que moda. A partir de ese momento, Mystic J se convirtió en una realidad, una marca construida sobre la creatividad, la sostenibilidad y una visión compartida.